Toda vez que alguien nos lastima, se crea una deuda interpersonal al nivel de nuestras emociones. El perdón es la cancelación de esa deuda emocional. Podríamos compararlo con echar a un intruso que se ha metido a la fuerza en nuestra casa. Perdonar es desalojar a esa persona.
En el perdón intervienen dos elementos: uno emocional y otro decisional, pues se trata de tomar la decisión de no permitir que lo malo del pasado arruine nuestro presente.
Citando a un autor: "Perdonar es desatar a un prisionero y descubrir que ese prisionero era yo mismo".
¿Por qué razón nos cuesta perdonar?
Puede ser por tres motivos:
Porque no queremos parecer débiles.
Porque tenemos miedo de que la situación que nos causó dolor se repita.
Porque creemos que perdonar es borrar lo judicial.
El que perdona siempre gana. Se necesita mucha valentía, tanto para perdonar al ofensor como para recibir el perdón del ofendido.
Algunas investigaciones de la Universidad de Harvard arrojan como resultado que el perdón disminuye la tensión emocional, nos libera del estrés, fortalece las relaciones interpersonales y nos evita la pérdida de tiempo.
Por fortuna, un altísimo porcentaje de personas consideran que es importante perdonar a quienes nos hacen daño. ¿Por qué perdonan los hombres? Para olvidar y ser capaces de mirar hacia adelante. ¿Por qué perdonan las mujeres? Para ser perdonadas.
El resentimiento es dolor y bronca congelados. Este es su circuito: sucede algo inesperado que nos genera un malestar; le damos mucho tiempo y espacio en nuestra mente a lo sucedido ("un alquiler emocional"); echamos culpas y vivimos con enojo. La falta de perdón es la raíz del resentimiento.
Perdonar no significa que nunca volveremos a sentir emociones. Sencillamente es soltar las amarras de un barco y dejarlo partir a mar abierto.
No es fácil perdonar. En la mayoría de los casos es un proceso que lleva algún tiempo, pero siempre trae como resultado el hecho de poder continuar adelante con nuestra vida.
El autoperdón consiste en aprender del error que cometimos. Si somos capaces de transformar algo negativo en crecimiento, eso quiere decir que lo hemos elaborado y ahora es experiencia.
¿Qué no es el perdón?
Perdonar NO es:
Olvidar
Minimizar
Racionalizar lo sucedido
Borrar el pasado
y, mucho menos, justificar lo sucedido.
El perdón es necesario porque, cuando no perdonamos, vivimos en una constante tensión interna, pero debemos tener en cuenta que no siempre restaura el vínculo, es decir, no implica reconciliación. Para que haya reconciliación, debe haber arrepentimiento y un cambio de conducta. Perdonar a quien me lastimó no significa que "seremos amigos otra vez".
Para concluir, cuando nos hacen daño, tenemos tres caminos posibles:
Negar lo sucedido.
Vivir enojados.
Perdonar.
Lo ideal es perdonar sin esperar nada del otro, ya que hacia atrás están las pérdidas y hacia adelante, las oportunidades.
Referencia
Bernardo Stamateas
Para Diario La Nacion